viernes, 30 de noviembre de 2007

HASTA SIEMPRE BICHO



Para Mauricio Nibaldo Álvarez Torrico, nuestro querido Bicho.

BICHO: TU EXPERIENCIA ES LA MEJOR LECCIÓN DE LA SOLIDARIDAD SOCIALISTA

Amigo Bicho, ayer supe que falleciste en un accidente de tránsito, ibas camino a Tocopilla, lo más seguro que para ayudar a alguien que necesitaba de tu ayuda.

La información la tomé con calma pero con mucha pena. Inmediatamente me acordé de ti y de nuestra larga conversación en tu casa en Antofagasta. Lugar que abriste de par en par para recibir al compañero visitante de Santiago, como tantas veces lo hiciste con muchos de nosotros. Como siempre, no tuviste ningún problema para cederme tu cama, optando por dormir doblado en el sillón de tu humilde hogar.

Esa noche, luego de trabajar todo el día, hablamos de cómo arreglaríamos el mundo, de los acabronados que son los viejos de nuestro partido, de las peleas idiotas de los lotes, de la falta de camaradería y de la permanente visión dogmática de uno y otro bando.

Con pasión me mostrabas los recortes de prensa que guardabas con orgullo por tu cruzada, para denunciar y terminar con la contaminación por plomo de la población donde vivías junto a tus padres. Quizás te escribo con la idiota esperanza que me contestes, quizás lo hago por que me cuesta mucho creer que estas muerto y que ya no nos alegrarás con tu mirada sencilla, concreta, consecuente, directa y alegre de la vida.

Pero también lo hago por que sé que tu vida es un ejemplo de coherencia, compromiso y consecuencia política. En cada uno de las personas que tuvimos el honor de conocerte, seguirá viva la llama de tu alegría, compasión y enseñanza de solidaridad socialista, la que se construye con los actos de entrega y solidaridad, muchas veces más anónimos, que los eternos discursos de grandilocuencia y megalomanía, que sobran dentro de la clase política.

viernes, 16 de noviembre de 2007

La luz de mis ojos




Carla tiene solo trece añitos. Fue baleada el domingo por la tarde cuando jugaba con sus amigas, muy cerca de su casa, en una población de la periferia, aquí, en Santiago de Chile. Se debate entre la vida y la muerte. Al dolor de su familia y vecinos, se une una larga lista de niños, niñas y adolescentes que han sido heridos, o han muerto, en situaciones similares. Puerto Montt, Maipú, Puente alto son algunos de los lugares que han estado presentes, en la opinión pública en los últimos meses, a través de trágicos hechos que afectan a personitas que para sus familias son, o eran, la luz de sus ojos.

Los avances comunicacionales permiten tener la información con rapidez, de manera cómoda, en modernos sillones y con Lcd o plasmas que mejoran la calidad en la imagen. Ni el acomodo, ni la tecnología o el poder asociado al control remoto puede evitarnos, la posibilidad de reflexionar acerca de nuestras luces internas. La de nuestros ojos.

Uno de los más profundos dolores que afectan a las personas, se produce cuando se vive la pérdida de un ser querido. El mayor, más complejo, para los especialistas en este tipo acompañamientos, es la muerte de un hijo o hija. La sola imaginación de una situación así, forma parte de los más íntimos secretos, pocas veces explicitado, de la mayoría de los padres y madres. Éste sentimiento de temor, cuando se repite con frecuencia y se instala en la vida cotidiana de personas y comunidades, genera distintas actitudes y comportamientos. Algunos de ellos, los vinculados al temor y la desconfianza, podrían alterar profundamente la vida personal y la convivencia entre familias, barrios y comunidades.

Perder a un hijo o hija ya es una experiencia terrible en sí misma, perderla por una bala que dispara rabia, malestar y exclusión es mucho más devastador. Algo de la mirada muere, cuando un ser amado cierra sus ojos para siempre. Y esperamos que Carla viva.

Los domingos por la tarde son especiales. En las poblaciones siempre hay fútbol. Algunos se aproximan a las polvorientas canchas llevando consigo, secretamente, el sueño del gol olímpico en el minuto final, otros han esperado la semana completa para dar un paseo junto a sus hijos, y descansar un rato bajo resecos árboles, sentados en tablones resquebrajados por el calor y el paso de los años. Esto no les impide proyectar el sueño de construir familia, pensando en canchas con aroma a pasto y no a tierra, una piscina al final del muro, en ese que rebota la pelota, asientos como los de las plazas de Chillán y muchos, muchos lugares para jugar. En el corner están los otros, que aprovechan la pichanga para encontrarse con los amigos de siempre, junto a algunas cervezas y algo para olvidar. Olvidar que la noche anterior no durmieron ya que falta sueño y sueños.

Con este contexto e inexplicablemente, quizás, se muere también el sueño del gol olímpico de Carla. Ese gol de muchas niñas y niños pobres, que le tuerce la mano al resultado ya pronosticado, y al último minuto la convierte en doctora, básquetbolista o profesora, no importa mucho, lo importante son, o eran, sus sueños. Los niños de Puerto Montt al parecer ese día no tenían mucho sueño y sí, muchos sueños. Los sueños de adolescente. Traviesos, arriesgados, valientes y buenos por naturaleza. Los motivos porque están ahí tienen que ver con nosotros. En las poblaciones y en las cárceles los domingos por la tarde son especiales.

Son muchas las poblaciones y comunas de Chile en que importantes grupos humanos están expuestos a situaciones generadas por la exclusión social. Puente Alto la Comuna con mayor cantidad de habitantes en nuestro país, y donde se vienen repitiendo con frecuencia hechos de esta índole, reúne, lamentablemente, la mayoría de las características y la sintomatología que identifican las comunas que facilitan y resultan promotores de los fenómenos asociados a la exclusión. Los salarios poco éticos, altos índices de desempleo juvenil, ausencia de redes comunitarias son, entre otros, rasgos que verifican la ausencia de cohesión social. Los
Indicadores de desarrollo humano, al límite, son elementos del contexto que, se olvidan con facilidad y nos podrían ayudar a comprender los elementos estructurales, a fin de prevenir, estas situaciones.
Comprender estas realidades complejas significa mirarlas y vivenciarlas con los ojos del Padre y la Madre que ve en sus hijos la luz de sus ojos. Los padres que acompañan, corrigen, ayudan y facilitan, siempre, nuevas oportunidades. Observar en Carla, la realidad de muchísimas niñas y niños que viven en nuestras poblaciones, con los ojos de quien ve en ellos la luz de los propios, es un camino posible, urgente y de carácter humanitario.

Los niños y niñas de nuestro país son la luz de nuestros ojos. Cuidar esa luz es responsabilidad nuestra, mía y suya.


Antonio Ovando S.


Santiago de Chile. Primavera 2007

jueves, 8 de noviembre de 2007

CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y TORTURA




Hace dos años falleció en Londres Inglaterra, Santiago Bell, fundador del MAPU y ex Intendente de Ñuble del Gobierno del Presidente Allende. Nuestro tío fue uno de los cientos de prisioneros políticos recluidos en la Isla Quiriquina.

Los médicos ingleses veían con espanto en cada radiografía y examen como las costras y marcas de la tortura, seguían vivas después de 30 años. Particularmente, les llamaba la atención la calcinación de los huesos. Atroces marcas dejadas por los agentes del estado y funcionarios de la marina que lo torturaron, quemando su cuerpo con sopletes.

A finales de mes, el Ministerio de Defensa y la Marina, realizarán un “acto de reconocimiento” a los sobrevivientes del campo de concentración y centro de exterminio de la Isla Quiriquina. Utilizamos el término campo de concentración y centro de exterminio, por que pensamos que eso fue lo que existió en chile, así de claro, así de conciso y así de preciso.

Nos gustaría ver por parte del Gobierno y de las Fuerzas Armadas, una declaración clara con respecto al término. Es el momento de avanzar, pero para ello nuestra memoria histórica necesita ser reconocida.

Sentimos que las Fuerzas Armadas y la sociedad chilena deben asumir en el error del pasado, profundas lecciones democráticas para el futuro. Eso fundamentalmente pasa por reconocer que en Chile existieron campos de concentración y centros de exterminio político, en donde los recluidos, sufrieron horrores que hasta el día de hoy son difíciles de comentar o difundir. Solo ellos pueden saber a ciencia cierta lo que significó haber sufrido a través de sus cuerpos el odio y la persecución.

Pero Chile debe asumir que en nuestro país existió una ideología de la tortura y la persecución, que a través de campos de concentración y exterminio, se violó sistemáticamente por parte de agentes represores del estado, los derechos humanos de miles de compatriotas.

Patricio Mery Bell
Comité Central
PS Chile.

James Mery Bell
Vicepresidente Federación de Estudiantes
Universidad Alberto Hurtado

Patricio