martes, 13 de febrero de 2007

NIÑOS EN CHILE: LA PRIORIDAD DEL GARROTE.

En Junio del 2007, entrará en vigencia la Reforma Procesal Penal Adolescente. Dentro de las novedades del sistema, se encuentra la baja de la edad de Responsabilidad a 14 años, esto significa que los menores podrán ser castigados y pagarán con presidio sus delitos.
Los técnicos gubernamentales darán una larga charla sobre los beneficios del sistema, que incluye regímenes especiales en centros de detención semi-cerrados y de protección para los delitos menos graves y en centros cerrados para los de mayor gravedad.

Incluso, incorpora el trabajo voluntario o social como forma de “remediar” las infracciones a la ley. Para las personas que desconozcan los centros de administración directa del Servicio Nacional de Menores, puede resultar interesante el nuevo modelo punitivo. Ya que por fin “los pequeños delincuentes” estarán en las cárceles. Custodiados por Gendarmería. “El aparato represivo del estado” como diría Antonio Gramsci.

“El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcación de las víctimas y la manifestación del poder que castiga, y no la exasperación de la justicia que, olvidándose de sus principios pierde toda moderación. En los excesos de los suplicios se manifiesta toda una economía del poder”. (Cita Michelle Foucault, Vigilar y Castigar)

El sentido común y el poder dominante, sumado al conservadurismo de ciertos agentes del estado, han promovido una mirada reaccionaría para enfrentar la situación social de los niños, niñas y adolescentes en Chile. La preocupación es castigar y no rehabilitar o mejorar la calidad de vida de los menores. Nadie busca terminar con los detonantes sicosociales que llevan a un niño de 14 años a cometer un delito. Si se investiga la vida de estas personas se descubrirán abusos, carencias, violencia y un sistema amparado en la sobrevivencia. Si existe delincuencia es por que la sociedad es desigual, inequitativa y condenatoria con el más pobre.

Los Centros de Administración Directa del Servicio Nacional de Menores, son cárceles en donde muchas veces interactúan niños delincuentes, asesinos o violadores, con jóvenes abandonados o que paradójicamente el Estado desea proteger. El gobierno en este caso, presenta una mirada obsoleta y reaccionaría. Además de estos lugares, existen organismos colaboradores, casas de acogida, que trabajan con niños en riesgo social. En su mayoría pertenecen a organismos conservadores y dogmáticos, más del 70% son de la Iglesia Católica. Ellos muestran una profunda preocupación por el fortalecimiento espiritual de los niños… pero no de mantener lugares limpios, dignos y con buena infraestructura.

La protección esta arraigada en un sistema judicial que castiga y no acoge los problemas sociales o humanitarios.

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Patricio