Salvador Allende fue electo candidato a Presidente del PS con menos del 50% de los miembros del Comité Central, más de la mitad se abstuvo. Aunque el Socialismo chileno ya olvidó ese pequeño “detallito”, es bueno considerar que estamos ad portas de vivir una situación similar.
La convención socialista para elegir al próximo candidato presidencial del partido puede terminar siendo un balazo en el pie. No me cabe duda que José Miguel Insulza y Ricardo Lagos son las mejores cartas para competir representando a la Concertación. Pero el sistema propuesto por la actual mesa del PS privilegia las maquinas internas, ya que no permite que se exprese la opinión soberana de todos los militantes del partido, restando legitimidad al proceso. Sólo votarán los militantes con mandatarios, presidentes comunales, comités centrales y los últimos delegados del congreso que no alcanzan a ser ni el 10% del total de militantes.
Respeto profundamente la opción de los compañeros Navarro y Arrate y creo que ellos merecen competir en un sistema igualitario y justo. No obstante, las encuestan reflejan claramente que el Presidente Lagos es la mejor carta del progresismo para enmendar los errores y descoordinaciones internas y para proyectar los logros de la concertación con una mirada de futuro y construcción social, en donde seamos capaces de avanzar en nuestra tarea de redistribuir el poder, los ingresos y sobre todos las oportunidades.
Si de verdad creemos en la democracia, entonces permitamos que todos los socialistas elijan a su candidato sin presiones, en libertad y sobre todo en conciencia, no me imagino que el PS termine designando a un candidato que cuente con menos respaldo ciudadano o que aparezca tercero o cuarto en las encuestas por el capricho y egoísmo de los dueños del timón y el engranaje interno.
No podemos volver al futuro cometiendo los mismos errores del pasado, Ricardo Lagos no se merece que el Partido Socialista se abstenga o boicotee una opción clara y contundente de conducir nuestro país hasta las puertas del desarrollo, la equidad, la inclusión y la modernización del Estado.
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