viernes, 29 de junio de 2007

El baile del koala, modelos y futbolistas.


El título, que puede servir para una película de farándula. Refleja los tres temas de mayor importancia presentes en los medios de comunicación. Sobre ellos girarán miles de conversaciones. Entre los tres podrían perfectamente cundir y mantener un dialogo de varias horas.

Sin escandalizarme por la banalización del espíritu público y el “gusto” de la audiencia por el “semen”, la sangre y el triunfo. Me llama la atención la creación de iconos sociales, en su mayoría de jóvenes que proyectan tres anti valores: La riqueza fácil, el individualismo y el exitismo de la vida.

Sabemos que la construcción social de la realidad es un complejo fenómeno de control, persuasión, interés, lucro e ideología cultural dominante. Que involucra el gusto, el filtro educacional, las creencias, sean estas culturales, éticas o religiosas. No obstante, este entramado de poder, debe estar tensado y cuestionado por el pensamiento crítico.

Primero una constatación, muchos de los que critican en público a la farándula son asiduos consumidores en privado de las mismas. Segundo, los medios de comunicación y las tecnologías de información no son malas o buenas en si mismas. Pechugas, pelotas y bailes idiotas, son comentados por “otros pelotas” que viven de las pechugas y bailes idiotas de otros. La relación es perfecta. Unos actúan y otros comentan, y los “pelotas” los vemos, aunque a veces los que comentan también actúan y viceversa.

No me espanta la situación, tampoco me agrada, quizás ni siquiera debería importarnos, pero el interés nos llama a criticar con fuerzas la falta de una cultura diversa, innovadora y divertida, que sepa complementar la necesidad de entretención, de educación pública, de interpretación plural de la realidad y de información seria y metódica de los sucesos.

El problema no es la farándula, la crisis está en la falta de promoción y atención de otros temas, no se trata de oscilar entre los aburridos y agoreros del pesimismo (Allamand y Piñera) y la estupidez de lo banal. Debemos promover y difundir nuevas formas de entretención desde una perspectiva optimista y más esperanzadora de la vida.

La palabra construye realidad o para estos tiempos, la imagen edifica prejuicios. Esos prejuicios nos hablan de miedo, de individualismo, de soledad, de actos depresivos y de crisis permanentes. No obstante, además de los idiotitas de la generación “Y” que se pelean por hacerse famosos a costa de silicona, escandalillos y farándula, existe un montón de otros jóvenes que no aparecen en la tele y que están preocupados por pensar un Chile distinto, que interprete mejor los nuevos tiempos. El llamado es claro, debemos asumir un compromiso por re-significar la vida y su importancia, despojando el chisme de nuestra realidad para dar paso a situaciones más dignificantes y sensatas. De esta forma, podremos mostrar nuevos caminos principalmente a la juventud. Por que en el fondo de pelotas, de koalas y pelotudos solo pueden salir pelotudeces.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aparecistes pato.
No veas tanta televisiòn.
Y los niños de la calle.
Cariñosamente
Antonio
llamame por fa

Pericles dijo...

Ok. Gracias Antonio por tus comentarios te llamaré.

Patricio